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miércoles, 29 de febrero de 2012

Reinos de hierro 8 - El camino a Corvis

Hace mucho, mucho tiempo, en este mismo blog, me dediqué a escribir una serie de relatos que describían los sucesos de la partida de Reinos de Hierros que estaba jugando (lo que ahora llaman en muchos sitios un Actual Play). Debido a diversos motivos, dejé de hacerlo pero la partida se ha seguido jugando y Reverendo (el máster) me ha insistido en diversas ocasiones para que volviera a hacerlo. Y, finalmente no hace mucho, volví a ponerme a ello y continué escribiéndolo.

Hacía tanto tiempo que no escribía lo sucedido (4 años por lo menos!!) que muchos de los detalles se me habían olvidado pero creo que finalmente he logrado que el relato sea coherente y no me he dejado ningún detalle importante.

Este relato empieza al final de la contienda de Ishtar, la primera aventura que vivió nuestro grupo y que he tratado de finalizar rápidamente para entrar en la trama que llevamos jugando desde entonces que no es otra que la trilogía de aventuras Fuego de brujas publicada por Privateer press. Aunque es cierto que cualquiera que haya leído o jugado la trilogía notará que muchas cosas no son igual que en los libros (especialmente conforme pasa el tiempo y vamos avanzando en la trama) ya que Reverendo ha ido cambiando más y más cosas conforme jugábamos y, actualmente, la partida tiene poco que ver con lo que aparece en los libros.

Otro detalle importante son los cambios de jugadores (y personajes) que se han ido produciendo a lo largo de la partida y que hace que únicamente queden dos jugadores iniciales (y uno de ellos tuvo que cambiar de personaje al morir el personaje inicial durante el asalto final a Ishtar). Esto puede hacer que el baile de nombres resulte un poco complicado de seguir, pero espero haber logrado que más o menos sea algo inteligible.

Si alguien quiere leer los relatos anteriores para poder ponerse al día los encontrará aquí:

- Reinos de Hierro – casting inicial
- Reinos de Hierro 1 – El viaje inicial
- Reinos de Hierro 2 – El ataque de los salvajes
- Reinos de Hierro 3 – Investigando a Darak
- Reinos de Hierro 4 – Emboscada
- Reinos de Hierro 5 – En busca de la cabaña de Darak
- Reinos de Hierro 6 – La capilla de Darak
- Reinos de Hierro 7 – Exploración e invasión


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Es curioso como se percibe el tiempo. Han pasado solo unos meses desde la última ocasión en que escribí en este diario y sin embargo cuando pienso en todo lo que ha sucedido parece que hayan sido años. Tantas muertes, tanta tensión, tanta responsabilidad… muchas veces me pregunto si seré capaz de soportarlo, si Morrow me dará fuerzas para seguir adelante un día más y no desfallecer.

Casi ni recuerdo lo último que escribí… Releyendo mis últimas líneas me doy cuenta de lo inocente que era en aquel momento, creyendo que lo peor que podía suceder era lo que tenía delante, sin saber todos los problemas a los que nos enfrentaríamos después de recuperar Ishtar.

Creo que lo último que escribí fue cuando encontramos al padre Kerwin y a un grupo de supervivientes… muchos detalles se han borrado de mi mente pero sigo recordando el sonido del cuerpo de Kolor cayendo desde el campanario en llamas y todavía me asaltan los flashes de los combates en el interior de la iglesia y de la captura Ivash y Nolan.

Por extraño que parezca la suerte estuvo de nuestra parte esa tarde y la cara dura de Randall y un conjuro de prestidigitación nos permitieron engañar y vencer al Portador de la Estrella, el líder de los invasores.

No nos quedamos mucho más en Ishtar y tras ayudar como buenamente pudimos a los habitantes del pueblo marchamos hacia Corvis para informar de lo sucedido y ver si se podía enviar ayuda oficial. Hamil decidió venirse con Ivash y Jonas vino conmigo como aprendiz.

Por el camino a Corvis sufrimos un grave ataque pero por suerte la presencia de Kustov y Donovan, un par de cazadores, nos salvó de sufrir bajas. Al llegar la ciudad Ivash decidió seguir camino hacia su Khador natal y Hamil se marchó con él. Todavía le echo de menos. Ahora mismo podríamos hacer un buen uso de sus habilidades marciales y de su temple.

Los primeros días en Corvis el grueso del grupo se alojó en la taberna de los cazadores, El lupino borracho, mientras que yo residí en la Catedral de Morrow. Nuestra primera noche en la ciudad fue bastante movidita. Randall y yo decidimos salir a dar una vuelta y tomar algo (todavía no estoy segura de cómo ese canalla consiguió convencerme de que fuera a tomar algo con él…) y fuimos atacados por un numeroso grupo de gente que disponían de grandes habilidades mágicas. Bueno, me corrijo, Randall fue atacado (a mi me dejaron bastante en paz). Al parecer se trataba de unos “conocidos” de Randall que creían que había venido a entrometerse en sus asuntos y que querían darle una “advertencia”… Y menos mal que estaba yo por allí, sino su “advertencia” hubiera sido definitiva…

Tras insistirle bastante (y amenazar con ir a denunciar lo sucedido a la Guardia) Randall me hizo prometer mantener el secreto de lo que me iba a contar y me explicó que formaba parte de una sociedad que dependía de la Iglesia de Morrow (aunque no formaba parte directamente de la misma) y que se dedicaba a resolver asuntos oscuros y mágicos que era mejor que no fueran muy conocidos por la gente normal.

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