lunes, 16 de enero de 2012
Historia: la Era de los Demonios (II parte)
Los dragones de Argonessen, mediante el esfuerzo combinado del dragón azul Ourelonastrix y el couatl Hezcalipa, redescubren la Profecía dracónica y se alzan de su estado primitivo para oponerse a los Señores Supremos demoníacos, aliándose con el resto de especies dracónicas descendientes de Siberys, entre ellas, los couatl. Las razas humanoides de titanes, humanos, elfos, enanos, gnomos, medianos, orcos y trasgoides están todavíaen un estado primitivo en sus propios continentes escondiéndose de los combatientes casi divinos y luchando para sobrevivir al gran conflicto.
La Profecía dracónica
Después de consolidar su posición en la superficie del mundo, los Demonios gobernaron sobre un reino de pesadilla durante millones de años. Los dragones, antaño orgullosos, fueron forzados a la esclavitud y la servidumbre. El dominio de los demonios podrían haber continuado hasta el fin de los tiempos de no ser por el couatl Hezcalipa y el dragón azul llamado Ourelonastrix.
Trabajando juntos a lo largo de siglos, estos dos visionarios estudiaron los cielos y las estrellas y compararon sus hallazgos con los misteriosos patrones que habían aparecido en la superficie de la tierra. Con el tiempo se convencieron de que ese estudio podía revelar un mapa del futuro, una guía entre la miriada de caminos que la historia puede seguir. Ourelonastrix creía que se trataba de la sabiduría de los Progenitores, una huella que marcaba la forma de la realidad. La llamó la Profecía dracónica, creada por los propios Eberron y Siberys en la forma de marcas proféticas que aparecían en los cimientos del mismo mundo.
La Gran guerra entre Dragones y Demonios
La Profecía dracónica dio a Ourelonastrix visiones de las debilidades de los Señores Supremos de los demonios. Lo que es más, dio a los dragones y a los suyos esperanza, la creencia de que los dragones eran parte de algo más grande que sus propios intereses y problemas. Siguiendo el camino de la Profecía, Ourelonastrix y Hezcalipa guiaron a sus gentes contra los hijos de Khyber, empezando una guerra que continuaría durante miles de años. A pesar de su poder; o quizás, a causa de él, los Señores Supremos y sus seguidores estaban dispersos y sobreconfiados. Esto permitió a la fuerza combinada de la alianza entre dragones y couatl derrotarlos de uno en uno.
A pesar de esta ventaja, la guerra contra los demonios parecía inacabable. Los Señores Supremos son realmente inmortales y vencer a uno de ellos era únicamente una victoria temporal en el mejor de los casos ya que sus formas siempre se reformaban en las profundidades de Khyber en menos de un día tras su destrucción y no existía conjuro capaz de atarlos. Los demonios también tenían acceso a armas muy poderosas que se podían utilizar con efectos devastadores contra los dragones. Tiamat “ la Hija de Khyber, era la Señora Suprema más poderosa y creó los Orbes de los Dragones, unos artefactos que permitían al usuario canalizar el poder infernal de Tiamat para atar dragones a su voluntad. Sea cual sea la verdad tras esta leyenda, estos artefactos eran despreciados y terriblemente preciados para los dragones de Argonnessen que están totalmente determinados a mantenerlos lejos de manos mortales y demoníacas por igual. Se cree que siete de esos Orbes están actualmente en los tesoros de los dragones más antiguos y poderosos de Argonnessen, el resto permanecen perdidos. Se sabe que otras razas lograron crear otros Orbes, tal vez con ayuda demoníaca. Los gigantes de Xen’drik, por ejemplo, se sabe que crearon dos Orbes de los Dragones antes de su propio conflicto con los dragones.
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