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lunes, 7 de mayo de 2012

Historia de Eberron: La era de los monstruos (VII parte)

–11,000 YK. El Exilio de los enanos de Mror

Hace doce milenios, un gran número de clanes enanos emigraron desde su hogar ancestral en el continente ártico de Frostfell y se asentaron en las Montañas Raízferrea al noreste de Khorvaire para escapar de la opresión de los gigantes de hielo que gobernaban ese lugar. Aunque los orígenes de los reinos enanos de Khorvaire están perdidos entre mitos, se sabe que poco después de su llegada a Khorvaire se estableció una nación enana que se extendió bajo las montañas. En este reino, que se conoce en las leyendas enanas como el Reino de Piedra, doce guerreros enanos fueron exiliados a la superficie por los crímenes que habían cometido y que habían horrorizado a sus compatriotas. Lord Kordran Mror, el gobernante del Reino de Pedra forzó a estos exiliados a abandonar sus hogares subterráneos junto con sus seguidores.

Las puertas al Reino de Piedra se cerraron utilizando poderosa magia rúnica y Lord Mror dijo a los enanos exiliados que se mantendrían apartados de sus hermanos de las profundidades hasta que descubrieran el honor que habían perdido. Junto a los exiliados se envió a un clan de guardianes para que vigilara las puertas y las reabriera cuando llegara el momento; un clan conocido como Kundarak.

Durante los siguientes miles de años los clanes de enanos exiliados lucharon entre sí para controlar las tierras que llamaron irónicamente los Baluartes de Mror, para conseguir el dominio sobre los demás y para obtener el derecho a regresar al Reino de Piedra. Los enanos de Mror también lucharon en numerosas ocasiones contra los habitantes originales de las Montañas Raízferrea, los clanes orcos conocidos como Jhorash’tar. Incluso la aparición de la Marca de la Protección entre los enanos del clan Kundarak no hizo nada para detener los conflictos internos entre los enanos. De hecho, creó aún más desconfianza y amargura entre el resto de clanes que no habían desarrollado ninguna marca de dragón. Cuando el Príncipe Karrn ir’Wynarn anexionó las tierras cercanas a las Montañas para su padre, el Rey Galifar I, años antes de fundar el reino de Galifar, las facciones de clanes enanos fueron fáciles de someter.

Finalmente, la subyugación de los enanos por Galifar fue el instrumento de su salvación. Fueron forzados a dejar de lado los feudos violentos que mantenían y finalmente crearon una cultura común y encontraron el honor que habían perdido tiempo atrás. Pero estos descubrimientos llegaron demasiado tarde. Cuando los herederos de los Kundarak abrieron finalmente las puertas rúnicas selladas, no quedaba nada del Reino de Piedra. El reino y sus habitantes habían sido destruidos milenios antes por una invasión de los daelkyr de mientras los doce clanes de Mror luchaban entre sí.

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