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jueves, 19 de abril de 2007

Smoking turtle's journal 3 - Matando lagartos



Fecha estelar… un par de días más tarde del último mensaje.

Seguimos en esta puta jungla aunque ahora al menos ya parece que empezamos a pasarles la mano por la cara a esos putos lagartos. No sé donde dejé la última entrada… ah, sí, en los mynocks… putos bichejos.

[Sonido de bebida] Mierda, ya me he quemado con este café… tendré que dejarlo enfriar…

La verdad es que desde entonces no hay demasiado que contar. Escuchamos unas cuantas explosiones en la lejanía y al día siguiente, después de curar nuestras heridas, nos dirigimos hacia ellas. Por el camino nos encontramos al primer grupo de lagartos hijosdeputa y los matamos.

Por lo que hemos podido ver hay de dos tipos. Los más abundantes son esa especie hipermusculada y enorme con taparrabos y lanza que parecen un toro embistiendo. La mayor parte de grupos que hemos encontrados parecen controlados por unos tipos bastante más delgados y esquifidos vestidos con largas túnicas ajustadas y que por lo que dicen los jedi pueden utilizar poderes “del lado oscuro” de la fuerza… No sé si será el lado oscuro o el lado cabrón… pero desde luego los rayos que meten y las cosas raras que hacen dan un mal rollo de la hostia.

A lo que iba. Seguimos avanzando por la selva hasta que entre los árboles pudimos ver un gran claro con una nave estrellada en medio. Por lo que vimos los lagartos llevaban días atacándola pero los supervivientes habían minado un extenso trozo y se habían atrincherado en la nave de puta madre. Cuando el ataque de los lagartos acabó nos dimos a conocer y siguiendo las instrucciones que nos dieron nos acercamos hasta su bunker. Por lo que vimos su nave había quedado hecha trizas y tan sólo había sobrevivido uno de los tripulantes. Se presentó como Janny y llegamos a un acuerdo con él: nos cedería los circuitos de control de flujo de su nave (que, milagrosamente habían quedado intactos) siempre y cuando le sacáramos del planeta.

El trato nos pareció justo (sin circuitos de control seguro que no salíamos de este agujero!!) y Janny y sus cosas se vinieron para la Smoking de inmediato. Por lo que hemos visto Janny y su gente debían ser unos piezas de mucho cuidado. Lleva varios sables de luz y según le dijo a los jedi su capitán se dedicaba a coleccionarlos y eso por no hablar del resto de sus armas. Cuando se enteró de que íbamos a intentar entrar en el refugio de esa chusma de sangre fría le dejó al capitán un bláster ligero impresionante y a mi me prestó su bláster ligero de repetición… qué pasada de armas! No sé de donde demonios las habrá sacado pero pienso enterarme antes de que se pire de la nave.

La cosa es que con las armas que Janny nos dejó y teniendo en cuenta que la mayor parte de heridos ya estaban bastante bien decidimos que a la mañana siguiente partiríamos a buscar la extraña construcción que habíamos encontrado.

Esa noche la dedicamos a empezar a reparar la Smoking y al funeral de Hans. Los jedi dijeron que lo tradicional entre los miembros de su orden era incinerar a los muertos así que se dedicaron a recoger ramas y hojas de los alrededores y le montaron una pira. Cuando todo estuvo preparado casi todos los miembros de la tripulación nos acercamos y presentamos nuestros respetos. La verdad es que el ritual de cremación jedi me resultó bastante extraño… es que en Tatooine a nadie se le ocurriría incinerar a un muerto… (claro que como no hay de donde sacar leña en el desierto tampoco es que fuera muy factible…)

[Sonido de bebida] Mmm… cafeina… que bien sienta por las mañanas!

A lo que iba. A partir de ahí empezó nuestra odisea contra los lagartos. Hemos estado durante días dando vueltas por esta puñetera selva como si de una pesadilla se tratara encontrándonos con diversos grupos de reptiles que patrullaban la zona. Ha sido totalmente imposible hablar con ellos (bueno, no es que yo lo haya intentado precisamente pero por lo que hemos visto no saben hablar) y hemos estado a punto de diñarla en varias ocasiones.

Finalmente encontramos su puñetero templo, una mole enorme y negra en mitad de la selva. Tiene una pirámide central enorme y dos más pequeñas unidas a sus lados y el camino de entrada está flanqueado por unos enormes monolitos a lado y lado. La verdad es que el sitio da mal rollo. La piedra negra parece moverse y tiene múltiples esculturas extrañas en el exterior. Del centro de la pirámide central sale un haz de luz que seguro que es el puñetero responsable de que estemos varados en esta mierda de planeta.

Llevamos un par de días explorándolo y hemos tenido que retirarnos en ambas ocasiones porque pillamos demasiado. Además, cada vez parece que esos bichos se preparan mejor para nuestra llegada y nos cuesta más eliminarlos. Parece que nunca se acaben, siempre hay más y más. Hoy tenemos intención de hacer una nueva incursión a ver si logramos localizar el generador del rayo extraño ese y cargárnoslo pero la verdad es que estamos cansados y agobiados. No parece que avancemos mucho y menos mal que tenemos a los jedi con nosotros porque pueden curar las heridas con sus poderes místicos… sino, no sé como nos lo habríamos montado para sobrevivir.

Bueno, el capitán me llama. Toca ponerse las pilas y salir a matar a esa chusma reptiloide. A ver si tenemos suerte y logramos fundirles los circuitos y salir de esta pocilga. Me muero de ganas de volver a Mos Eisley y pillar una buena turca, aquí casi no nos queda leche de bantha.

Aquí la segunda de a bordo y piloto, Nara Lee. Corto y cierro.

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