viernes, 18 de agosto de 2017
10º aniversario
Hoy tenía el siguiente post preaparado y me hacía mucha ilusión compartirlo con vosotros. He
pensado en no colgarlo porque no está el día para celebraciones, en
especial por Barcelona donde yo resido, pero justo por eso he
decidido lo contrario. Ataques como el de ayer buscan que tengamos
miedo y que nos escondamos con la cabeza gacha y, si de algo me ha de
servir llevar tantos años jugando a rol, es para saber que lo que
hay que hacer ante una tragedia es levantarse, sacudirse el polvo de
la ropa y seguir adelante, porque esa es la única forma de vencer.
Así que permitidme
que os explique la historia que os quería explicar hoy y espero que
a alguno le ayude a esbozar una leve sonrisa en un día triste:
Hoy hace diez años
que empecé a dirigir mi campaña de Eberron de la que durante mucho
tiempo estuve hablando en este blog que tengo abandonado desde hace ya varios años...
Para algunos diez
años no serán demasiados, para otros serán toda una vida. En mi
caso, es la partida más larga en la que he participado a un lado u
otro de la mesa y, con diferencia, la partida a la que le he dedicado
más horas de preparación. Es importante para mi por muchos motivos, pero sobretodo es un motivo de orgullo por haber conseguido seguir dirigéndola a pesar de las dificultades que se han presentado por el camino.
Hemos estado jugando cada quince días
durante todo este tiempo, con algún que otro parón debido a
vacaciones, trabajo y, sobretodo, el estrés que a temporadas me ha
producido el tener que preparar una partida compleja y no sentirme
capaz de ello. Pero a pesar de esos parones, cada vez que hemos
reanudado la partida la sensación ha sido que el tiempo no había
pasado. Nos hemos vuelto a sentar alrededor de la mesa y tras unos
minutos de ponernos al día y de recordar qué había estado pasando
en sesiones anteriores, hemos vuelto a jugar como si nada,
recuperando las bromas y el buen humor rápidamente.
Cuando empecé a
dirigir la partida no tenía un plan muy claro. Acaba de leer el
libro básico de Eberron y me había encantado pero las anteriores
campañas que había dirigido habían tenido finales más o menos
súbitos al enredarme en tramas complejas que no sabía solucionar y
acabar agobiándome con ello. Así que cuando empecé esta partida no
quería una metatrama complicada sino más bien algo sencillo que
pudiera dirigir sin mucha preparación (estoy viendo reír a mis
jugadores mientras escribo esto...) y al principio opté por utilizar
algunas aventuras ya publicadas para la ambientación, pero no tardé
mucho en inventarme alguna historia (concretamente la segunda
aventura que jugaron, la fiesta Phiarlan, era ya de creación propia)
y a partir de ahí he ido mezclando aventuras publicadas con
historias propias (especialmente recomendable la trilogía de Viktor
Saint-Demain “Chimes at midnight”, “Quoth, the raven” y
“Hell's heart”).
Con el tiempo la
partida fue cambiando y pasó de tener una trama más bien anecdótica
y no conectada entre sí a ir complicándose cada vez más, con
diversas tramas enredándose y mezclándose, movidas y más movidas
personales de los personajes, hilos que conectaba historias
aparentemente inconexas y una megaconspiración envolviéndolo todo y
amenazando el futuro del continente de juego.
De los seis
jugadores que tenía en un principio, tres acabaron marchándose en
diferentes momentos y por diferentes motivos y otros tres los
acabaron sustituyendo, pero sus personajes siguen en la partida. Se
han convertido en PNJ's relevantes para sus antiguos compañeros y
rara es la sesión en que no se les recuerda de alguna forma o de
otra.
Todos los PJ's han
evolucionado mucho desde sus historias iniciales. Todos han crecido,
tanto en habilidades (es lo que tienen juegos como D&D) como,
sobretodo, en profundidad de personaje: han desarrollado relaciones,
amistades, odios, costumbres y peculiaridades hasta el punto en que
no resulta extraño que alguien se plantee un “¿qué haría
Thalaenn?” si tiene que preparar una cita y es de todos sabido que
“la Guardia de Sharn está comprada por la mafia Boromar, señor
agente, yo no le voy a mentir”.
Igual que si alguien
dice que quiere irse de fiesta de arriba a abajo, todos entenderán
que se refiere a empezar cenando en uno de los locales más caros de
Sharn e ir bajando tomando una copa en cada altura de la ciudad hasta
acabar la noche borrachos como cubas en alguno de los garitos más
turbios de los barrios inferiores, probablemente el bar de Azul,
donde siempre le tienen guardada leche con galletas a Tanith, nuestro
guerrero más letal (ya sabéis, a la hora a la que llegan a ese bar
ya es hora de “desayunar”... y su madre siempre le dijo que no se
saltara el desayuno, que es la comida más importante del día...).
Igual que si alguien menciona la palabra “flagrante” en partida
todos sonreirán sabiendo que significa “entramos a saco sin tener
en cuenta la ley... a fin de cuentas ¡se está cometiendo un delito
flagrante!” y como estas, muchas otras anécdotas harán aflorar una sonrisa en las caras de los jugadores...
Dirigir una campaña
durante tanto tiempo, también ha tenido su efecto en mi. Como decía
al principio en ocasiones me he estresado al no sentirme capaz de
gestionarlo todo o al atascarme y no saber cómo continuar una trama.
Pero también todo lo contrario.
Ha habido días en
que pensando en cualquier otra cosa, un detalle insignificante se ha
cruzado por mi mente y de golpe una trama a la que llevaba semanas
dando vueltas sin saber cómo cuadrar, ha encajado como una pieza de
puzzle, dejándome con una sonrisa maléfica en la cara durante el
resto del día. O un jugador me ha recordado alguna anécdota
divertida, o me ha felicitado por una sesión especialmente inspirada
y me ha animado un día de bajón.
Además la partida me ha permitido
seguir en contacto con amigos que de otra forma casi no vería nunca
ya que por un motivo u otro nos hemos distanciado y ya no quedamos
tanto como antes. Pero cuando hay partida, están ahí y eso nos ha
permitido seguir en contacto y saber los unos de los otros.
Todo el esfuerzo me
ha hecho valorar mucho mejor el trabajo de otros másters pero
también el de escritores y guionistas que, a fin de cuentas, se
enfrentan a muchos de los mismos problemas que un máster al preparar
su partida. He aprendido mucho, no sólo sobre el mundo y el sistema
de juego, sino sobre cómo gestionar información, plantear
historias, dar protagonismo a unos y otros y conseguir que la mesa
disfrute por igual a pesar de tener diferentes expectativas y gustos.
Obviamente ha habido días malos, sesiones que no me han gustado en
absoluto y cosas que cambiaría, pero el balance es positivo y, si
mis jugadores no me mienten, ellos también lo han disfrutado.
Y así, entre
anécdotas, bajones, historias y risas hemos llegado hasta aquí. Aún
queda un buen trozo de la historia por revelar, pero los jugadores ya
son conscientes de que han entrado en el tramo final de la trama y
que las cosas solo pueden ir cuesta abajo y sin frenos a partir de
aquí. Los enemigos se ciernen sobre ellos desde diversos frentes,
los aliados se agrupan a su alrededor y de ellos dependerá el futuro
de Khorvaire y, quién sabe, tal vez de todo Eberron.
Etiquetas:
Eberron,
Paranoias varias
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2 comentarios:
Hoy, 5 de abril de 2020 leí por primera vez esta entrada que ya tiene 3 años y unos días. Hace mas de 5 años ya que uso tus articulos sobre Eberron para darles informacion a mis jugadores que les da demasiada pereza leerla en ingles.Siento mucho que ya no estes actualizando este blog por que me encantaria saber como siguieron las aventuras de tu mesa. Un saludo y espero que aun estes repartiendo magia y pasandola bien "de arriba a abajo". Saludos desde Argentina!
Pues que cosas! los jugadores de eberron siempre tenemos blogs! que genial esto.
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